Ni ayudaron ni respetaron

Esta es una denuncia con alma. Habla del gran sufrimiento del pueblo gitano en España, tanto en la Segunda República como después, con el franquismo. El mensaje es claro: el dolor gitano no tuvo color político. Los gitanos sufrieron por los dos lados.
Doble Castigo y Olvido
La historia solo habla de los que ganaron o perdieron la guerra, pero se olvidaron de los gitanos.
A los nuestros los castigaban solo por ser gitanos.
Daba igual si unos hablaban de
"libertad" y otros de "orden": cuando había que buscar culpables, siempre señalaban al gitano.
La Traición de la República
La República prometía justicia, pero falló al pueblo gitano.
Usaron una ley llamada "Ley de Defensa de la República" para meternos a todos en el saco de "gente peligrosa".
Nos vigilaban, echaban de los pueblos, y metían en la cárcel sin motivo.
También hubo redadas y muertes injustas.
A El Pelé (Ceferino Giménez Malla) lo fusilaron por no soltar su rosario. A La Canastera (Emilia Fernández) la dejaron morir en la cárcel por rezar.
El Franquismo: El Mismo Odio con Otro Uniforme
Con el franquismo, el infierno siguió. Solo cambiaron los jefes.
Nos trataron como una vergüenza nacional.
Usaron la Ley de Vagos y Maleantes para
perseguir y golpear a los gitanos.
Nos fichaban solo por ser gitanos y muchos fueron obligados a trabajar como esclavos.
En los campos de concentración hubo dolor y humillación.
A muchas mujeres gitanas les rapaban el pelo en público, una ofensa que les arrancaba la dignidad.
Y también hubo fusilados, como José Fernández Castellón, asesinado por "conducta sospechosa por su raza". Su único delito fue haber nacido gitano.
El Final: La Dignidad No Se Rinde
El mensaje es claro y valiente:
"Ni la izquierda nos ayudó, ni la derecha nos respeto."
La historia verdadera no la escribieron los poderosos, sino las familias que sobrevivieron en silencio.
Esa historia, llena de dolor, es justicia y memoria.
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